El hecho de que existan anilox etiquetas, es decir, anilox creados especialmente para la fabricación de etiquetas y que encajan perfectamente con los tamaños más demandados para estas, es una prueba de que el sector de la fabricación de etiquetas tiene cada vez una mayor importancia.
Tanto es así, que incluso algunas empresas de impresión se han especializado comprando máquinas que están especialmente pensadas para producir etiquetas en los formatos más habituales, pudiendo así ofrecer a sus clientes artículos de muy buena calidad y a precios bastante competitivos.
La rapidez con la que estas máquinas imprimen las etiquetas y la calidad de las mismas son la mejor tarjeta de presentación, ya que viendo las muestras los clientes saben que van a obtener un buen producto final. Si además los plazos de entrega son cortos y reales, se consigue aumentar rápidamente el número de clientes y se logra hacerse con un hueco en un sector que es muy competitivo.
Etiquetas autoadhesivas y etiquetado para packaging
Existen muchos tipos diferentes de etiquetas y una empresa que se quiera especializar tiene que controlarlas todas. Las que cuentan con más demanda son las autoadhesivas y las etiquetas para packaging.
Las etiquetas autoadhesivas se fabrican para que una vez en destino, el productor de un artículo pueda pegarlas en el mismo para que toda la información sobre los componentes, la forma de uso o los cuidados que necesite el artículo esté disponible para los clientes. También tendrá que estar impresa la marca del producto.
Un buen ejemplo de este tipo de etiquetas son las que se pegan en las botellas de refresco. En algunos casos, la etiqueta ocupa toda la botella y tiene el logo de la marca y la información de la bebida. En otros, son dos etiquetas, una en la que está la información de la bebida y que se suele situar en la cara de atrás de la botella y otra con el logo y la marca que habitualmente va al frente.
Las etiquetas autoadhesivas pueden formar parte del etiquetado de packaging, como hemos visto en el ejemplo, que no tiene por qué ser necesariamente de este formato. En algunos casos, como por ejemplo las etiquetas que vemos en las latas de conservas, se trata de etiquetas sueltas que se pegan al envase solo en el borde y que suelen ocupar toda la lata, siendo por tanto responsables totales de la imagen del producto.